fbpx

Si tienes Pomeroy y quieres ser mamá, ¿Es mejor In Vitro o recanalización?

La anticoncepción quirúrgica femenina por medio de la cual se realiza ligadura de lo que llamamos las trompas de Falopio, consiste en impedir mediante un procedimiento quirúrgico el paso de los espermatozoides hacia las trompas de Falopio, evitando de este modo la fecundación del óvulo.

Este procedimiento se puede realizar inmediatamente después del parto o en un momento no relacionado con el embarazo. La elección la hace el paciente, pero la decisión requiere un asesoramiento médico exhaustivo dado el arrepentimiento del mismo puede ser tan alto como de 1 por cada 10 pacientes aumentando el riesgo en pacientes más jóvenes.

Durante la intervención quirúrgica, la trompa se puede seccionar, recortar, ligar o cauterizar, de manera que se asegure que los extremos de la trompa no vuelven a unirse.

Afortunadamente, hoy se conoce que esta técnica, que se consideraba permanente actualmente puede revertirse, por medio de una cirugía de recanalización tubarica la primera opción si eres paciente joven, no existe otro tipo de infertilidad y si es posible realizar la unión con la porción de trompa que se secciono en la cirugía previa.

Esta cirugía si se realiza antes de los 40 años, alcanza hasta un 70% de embarazos en mujeres menores de 35 años, y dependiendo a su vez de cada paciente en particular y La mayoría de los embarazos ocurren dentro de los dos años posteriores a la reversión.

En la recanalización tubarica, los segmentos bloqueados de las trompas de Falopio se vuelven a conectar con las porciones que quedan de estas, permitiendo que los óvulos vuelvan a circular por las trompas y que los espermatozoides puedan alcanzar al óvulo. Cabe destacar que es necesario que recuperen no solo la permeabilidad sino la movilidad de las mismas posterior a la operación, dependiendo del proceso de cicatrización individual lo que lleva a que su recuperación de fertilidad no es del 100%.

Antes de hacer la cirugía de reversión, es necesario llevar a cabo algunas pruebas diagnósticas en la mujer tales como estudios de fertilidad en la pareja, exploración de cavidad abdominal para mirar la longitud de las trompas.

Debes tener en cuenta, que al ser una intervención quirúrgica como tal conlleva a riesgos que si bien son poco frecuentes es necesario que los conozcas: infección, sangrado, cicatrices, lesión de órganos adyacentes, embarazo ectópico o fuera del Utero, riesgos propios de la anestesia.

Tu segunda opción es la Fertilización in vitro (FIV) En donde se administran medicamentos a la paciente para hacer una estimulación ovárica (utilizar las mismas hormonas del ciclo menstrual natural para obtener una cantidad variable de óvulos) y extraerlos para fecundarlos en el laboratorio. Desarrollar embriones usando los espermatozoides de la pareja y posteriormente transferirlos al útero materno, donde permanecerán a la espera de ser implantados y dar lugar a un embarazo.

Este tipo de procedimiento con un pronóstico excelente, es ideal en aquellas pacientes mayores de 40 años, en las que falla o no es posible la recanalización como en mujeres con enfermedad tubárica grave (hidrosálpinx bilateral, oclusión tanto proximal como distal, adherencias) en donde es poco probable que la cirugía tubárica tenga éxito en estas pacientes.

En general, múltiples estudios muestran una tasa de parto acumulada durante 72 meses que es comparable en mujeres que se habían sometido a fertilización in vitro (FIV) frente a aquellas que habían revertido la esterilización quirúrgica (52 frente a 60 por ciento). La única diferencia significativa en las tasas de parto se encontró en un subconjunto de pacientes menores de 37 años (52 por ciento después de la FIV y 72 por ciento después de la reversión). La cirugía se asocia con un costo menor que la FIV.

Otro factor que influye es la longitud de las trompas en la reversión exitosa. La tasa de embarazo después de la anastomosis tubárica es del 75 % en mujeres con trompas de 4 cm o más, pero solo del 19 % en aquellas con trompas más cortas.

Dentro de las ventajas que tiene se encuentran: Mejor tasa de éxito por ciclo, no es quirúrgicamente invasivo, puede superar otros factores de subfertilidad, si están presentes, El sitio y la extensión del daño tubárico no son importantes para el resultado; por otro lado, las desventajas incluyen: Alto costo por ciclo y posible necesidad de múltiples ciclos, inyecciones frecuentes y monitoreo, aumento del riesgo de embarazo múltiple.

Como ves, tienes dos opciones grandes para buscar un embarazo posterior a la tubectomia, siempre debes tomar la decisión en conjunto con la asesoría de tu médico. Consulta, estamos para apoyarte y para que juntos, dejemos huella.
Autora: Dra. Angelica Duran, ginecóloga y obstetra

Médicos que te acompañarán en tu proceso

Consultanos tu caso y pronto te responderemos por correo electrónico
1 Step 1
reCaptcha v3
keyboard_arrow_leftPrevious
Nextkeyboard_arrow_right

Relacionados

¿ Necesitas ayuda ?